jueves, 30 de agosto de 2007

Decepcionada

Lo que voy a escribir hoy no tiene mucho que ver con la finalidad de este blog, la razón para la que fue concebido o incluso la razón por la que todavía sobrevive, pero si sólo os cuento las cosas bonitas, no sería real, os omitiría parte de mí; y, de regalaros mis andanzas, al menos regalaros las buenas y las no tan buenas. Así que ahí va:
El 30 de agosto es mi cumpleaños. Sí, decidí nacer cuanto termina el verano, el calor ya no agobia y nos acercamos al comienzo de un nuevo curso.
Se supone que como Virgo, debía ser ordenada, pero sólo lo soy según para qué, aunque sí soy muy cabal y necesito que todo se rija por un orden, aunque a veces sólo yo entienda ese orden.
No me gustan las sorpresas inesperadas y menos los cambios.
Pues bien, este año me cayeron 26. La verdad es que tengo que admitir que no me hacía mucha gracia que ya fueran 26, a pesar de que "con cada año que pasa crecen tus experiencias y aprendes de los errores".
Bonita frase para consolarse cuando en el día de tu cumple descubres que una de las personas más importantes de tu vida, en quien depositaste tu confianza ciegamente, sin pensarlo, porque lo merecía, porque realmente esa persona había demostrado ser digna de tu cariño y confianza;esa persona por la que pondrías la mano en el fuego, por la que te quemarías en la hoguera si hiciera falta,esa persona por la que darías cualquier cosa, porque se lo merece, porque a pesar de sus defectos (quién no los tiene) hacía que tu vida fuera más fácil y llevadera, tanto en los momentos buenos como en los malos...
Esa persona.... te falla.
Y no es que te falle en una tontería, sino que te demuestra, así, sin previo aviso, que todo era un amargo sueño, que todos aquellos buenos recuerdos no eran más reales que el decorado de una película, que a través de la cámara se ve tan bella, tan real, pero que simplemente son unos rudos bloques de cartón-piedra.
Hoy, en mi 26 cumpleaños, he descubierto que aún me queda mucho por aprender, muchos pasos por andar y, sobre todo, muchas personas que conocer; personas que valen la pena, y a las que merece tener a tu lado, y personas que ni siquiera deberían obtener mi amistad, pero que, irremediablemente, y dado mi carácter, acabaré entregándoles mi cariño y mi confianza incondicional y, de nuevo, volverán a hacerme sentir como hoy:
Decepcionada